martes, 7 de abril de 2009

Petición



Al sentir que la puerta se abría, Mercedes inmediatamente corrió hacia el comedor a poner el servicio, Manuel había llegado.
El día de ayer por poco no había alcanzado, pero hoy, se había atrasado para la comida. Su jefe le había pedido que archivara unos papeles y esto le había quitado minutos valiosos. Ya hacia tiempo que Manuel le había advertido, - ¡No vaya a ser Mercedes que por el trabajo te despreocupes de la casa!, advertencias que ya iban en amenaza, - ¡ten cuidado Mercedes, no te vaya a pillar yo por ahí haciendo cosas que no corresponden! – recuerda ¡estas a mi merced, Mercedes! riendo en tono de broma, como también en tono de broma a veces le decía Pinky…
Y ahí estaba ella tirada en el suelo, con la nariz sangrante, mientras Manuel, le gritaba.
Ella pensaba ¡Por favor Manuel, no más!, las palabras no salían, miró hacia el piso y vio su sangre, cerró los ojos y rememoró, aquellos momentos de juventud con Manuel, donde la posesión significaba que ella era amada, querida, deseada. Un dolor agudo le cruzo el vientre…


¿Me amas Manuel?
¿me amas?